3:25 de la madruga
Me despierta el llanto de los hijos que nunca tuve
Y en la esquina de mi calle puede que espere la suerte vestida de
asesina con un vestidito
verde de flores
Mi lecho pintado todo de verde limón
Vaya color tan lindo, tan cálido, tanto que llama a la calma y el descanso
Me amarran mis sabanas (verdes limón también) evitándome (según yo) otra
caída.
Los primeros rayos del alba me alumbran y derriten.
En el aura triste y oscura de mis cobijas
Verdes limón
Vaya color tan oscuro, vaya tristeza aparente, tanto que llama al estío y a la ansiedad
Y es que tal vez no sea culpa del sol, o de mis hijos muertos o del alba.
Tal vez sea culpa de la figura que se desdibuja en el quicio de la
puerta para no volver a
espantar por los pasillos de la casa nunca mas.
A veces siento que mi muerte está cercana
Y que de verde con flores viste la muerte
Tocara a la puerta de madrugada
Se abrirá paso y veré las flores cobijado por una frazada terraria de verde limón.
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