Ojalá la vida fuera un dulce fruto o un jardín de rosas.
Mas que eso son tropiezos, tragedias varias y calamitosas.
Uno se levanta fiero a la batalla y pronto se desboca.
Maldiciendo el día
Maldiciendo la hora
En qué nacer nos toca.
Ojalá la vida fuera solo 3 horas, sin pesadillas, ni espectros sin anhelos puestos en horcas.
Ojalá la vida fuera un par de labios amorosos, y no un Caronte conduciéndonos en el infierno.
Y es que lo peor de esta visión infernal no son sus altas llamas, si no la somera desesperanza
mutilándonos.
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