Levantaste tu morada de la tierra
Con alquimia antigua de sudor y sangre.
Con conocimiento antiguo en la magia del laburo.
Con la fuerza de 10 bobinas y el paso de 20 tanques.
Te nutriste y expandiste
Creaste a partir de vos.
Con maestría con el tacto de madera te formaste en roble.
Ya no tenés más sangre, lo que te corre en la vena es sabia de árboles antiguos.
El tronco de tu pecho se convirtió en hogar de todos.
Las marcas de tus manos en las raíces de la tierra.
El cobre de tus ojos en el mineral de la caridad.
El percutir de tu vos fue sonido de de descendentes gotas.
Que las oigo aunque no quiera
Y aunque no quiera llorar lloro cuando las oigo.
no sé si la tierra vivió en vos o vos vivís con la tierra.
Ambos naturalezas
Naturalezas tan dadibosas.
Cada abrazo fue un árbol
Cada beso una rosa.
Cada zapote un juego
Cada consejo fruta sabrosa.
Cada sacrificio un retoño de tu tronco
Cada tronco un preso de tu ausencia.
Cada hijo de otro una oportunidad para el amor.
Cada amor una gratitud enorme.
Los hijos de todos tus hijos se sintieron.
Tomando sombra en tus ramas, corriendo cuesta abajo con los carritos.
Girando y madurando en cada maromero
batiendo las alas al vuelo con cada mariposa.
Galopando salvajes al futuro con cada caballito.
Atajando penales a la tristeza con cada figurita de portero.
1239 el número de nuestro encuentro
Cada encuentro nuestro fue como un número.
Cada número ahora es como vos.
Infinito.
Eterno.
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