sábado, 22 de mayo de 2021

3 Adentro.


 

En mí sano juicio me mandaría preso
Cuando la maldad está de más estoy de menos menos ganas que ayer, menos manos para acariciar y sentir querer.
Lo oscuro se pone denso, no prendo una cerilla porque no hay candela ni deseo.
Sin embargo no hay ya embargo porque todo lo perdí, para mañana no hay mañana ni para la mantequilla hay pan ni maní.
No queda paz ni casa para vos
No queda amor ni cama para mí.

De los altares se bajó Dios cantando una trova triste cantando un adiós, y llorando se fue buscando a quien rezar.

En algún parto inverso me iría a partir
Un hoyo en la tierra reclama por mí.
Una muerte blanca oscura a mordisquito me pausa en segundos el vivir, me mata despacito hasta que toque morir.
Llevarme en un eterno dormir, como una parálisis del sueño en la que dormiré y oiré tu voz pero ni un dedo podré mover, mientras vos tenés tres adentro.
Arrepentimiento
Decidía
Y dolor.
No llores mí muerte por favor cuando abandonarme en mí peor momento se te pasó por el coco.
Por suerte ya no soy niño y se que el coco está solamente en la frutería y en las palmeras.
Que en mí imaginación van a haber palmeras y flamencos el día que me muera.

Pero capaz no será así.
No se te ocurra llorar encima mío y gotearme la cara, siempre desteste las goteras que se metían en casa, y llamar así a ese edificio porque nunca fue un hogar.

Ya basta de llorar, por alguien que no vas a poder controlar, no soy un televisor pero en este programa toca apagar.
Ya mí antena por vos no está recta, ni sintoniza tu canal.

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