domingo, 4 de agosto de 2019

Soy como el perro manso que se murió de frío




Gasté mi verano escribiendo poemas que jamás vas a leer.
Y seguí escribiendo cartas para nadie.
N
Soy como el perro manso amarrado al poste.
Sin necesidad de estar cautivo
Sin necesitar el castigo.
Brincando y jalando la serie de eslabones cada que pasás.
Y tenías razón, no soy nada
No soy nadie más que un perro.
Rascando la tierra por encontrar tus huesos.
Un perro sin celo, sin dientes para morder.
Soy como el perro manso amarrado al poste de rezos.
Esperando tu regreso, que no va a ser

No va a haber más sonido en la oscura habitación que los ecos de los secos y fuertes ladridos que salen de mi pecho.

No va a haber más sonido en la oscura cavidad de mi mente, que el de las cadenas de este purgatorio.

Que no purga nada, todo se despedazó finalizando el invierno.
Y es que imagino yo que, sin tu calor, frío ha de ser el infierno.





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