Las cadenas del cadejo están soldadas a su alma, y son su defensa, pero encuentra dolor habitando en su arma, pesada carga es el llevar un corazón.
Cierro
los ojos y veo las llamas, tengo el infierno impregnado en los párpados.
Llevo
el mar guardado en los ojos
Perros
habitando mi garganta.
Demonios
trepanándome las ideas.
Indomables
fieras que drenan la sustancia.
Y
detesto ser 23 vueltas y no agradecer la divina caridad de la existencia.
¿Pero
quién puede ser agradecido cuando su ansiedad no lo deja?
23 años
corriendo de la muerte
A lo
mejor pueda que me alcance.
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