Doña Trina
No le cante nanas al nene que nació sin ningúna oreja
Tiene una mano tiesa y en la otra solo muñón
No lo vea con lastima porque nació tuerto
Le verá solo la mitad, pero se percata de su cara aguada
No sea más buena que tatica
O la virgen santísima
Todos vemos los alambres dónde guinda el fustan
Saludamos de buenos días al hombre que sale de su casa y al que entra le volvemos la cara como quién no viera la cosa.
No se ponga creyensera ni mucho menos calamitosa
Que el niño renco baila con la que le ha tocado
Y su ojito cerrado nos guiña todo el tiempo
El nene no se le ha olvidado la sonrisa burlona
Tiene muleta que lo ampara, sol que lo calienta y piso que lo ataje.
Doña Trina
No le cante nanas al nene que nació sin ningúna oreja.
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