El triunfo ha salido de mi huyendo
Una maquina que no sirve
El aparato que sostiene las telas
Abandonado en un rincón junto a la sala
El sol que no nos brilla hacia afuera se cuela entre las telas de cortinas viejas.
Podría gastar el tiempo siendo aquel hombre que en tu pupila habita
El reflejo mentiroso de mi cara frente a tus expectativas
El hombre rojo y con costra, que solo toca Silvio y Parra en su guitarra comunista.
Podría ser correcto y diluirme
Ser el hombre vestido de confusión y brillo
Podría ser plastilina para crear figuras, los pequeños pedazos que se colaran junto a la suciedad de tus uñas.
¿Acaso alcanzara el permiso que te doy?, el irrespeto propio que encuentra placer en sentir tu tibia saliva en mi cara.
Me gusta tu ambigüedad nena, combina perfecta con mi apetito sexual
Mis ideales comenzaron siguiendo el ritmo de tus nalgas.
Ahora me gusta que me llames Martina en el parque Francia tomando sangría barata.
Podría ser fútil y ligero
Cambiante y fluido a tu apetencia, siendo una ilusión de tu soberbia
El involuntario estertor ante la falencia de dignidad
El elle acomodadizo y con costra, que se enfada frente las pantallas, que solo cambia el mundo con rabietas en su mente enajenada.
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