Cuando se ha dado todo y no queda ni vacío
¿Que se ha de tener ahora para ser usurpado?
¿El dulce sueño?
¿La mirada mañanera?
¿El juego infantil entre el matorral?
Cuando nunca es suficiente y no queda más que reclamo diario.
¿Que más le puedo dar mí rey patrón?.
¿El alma palpitando?
¿Las manos en carbón?
¿El sueño que pertenecía a mí cama?
Cuando es demasiado y no queda más porque tomar un tren de rutina.
Se me presenta el derecho de ser ascendido a clientela.
El sacro derecho del trabajo
La sagrada imposición
El opio del opio de la espiritualidad de una sociedad sin espíritu.
El opio del esfuerzo de una humanidad que será arrasada por el sol y la soga que ha tejido.
Pagué la renta con dos kilos de corazón
Para que al final se me caiga la casa.
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