Cuando me muera no tendrás que ir a verme en una tumba
Me podrás visitar en todo lo que dije
Porque en todo eso es en lo que vivo
En esta casa
En esta palabra
En tu par de ojos salerosos que hoy por mí se agrietan
Mis manos de papiro
Mí sangre de tinta
Mí voz de tiempo quebrada
Sonará en un soneto eterno
Si calmas el sonido de la tu mente mí niño, me escucharás entre la hojarasca.
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