Señor mío hoy me pareció haberte visto
Te he visto hoy, crucificado
Hoy detrás de la catedral, en una minifalda para a tus hijos algo de comer llevar.
Arrecostado a la ventana de un auto que huele a Pino y tabaco.
Te he visto anciano
Golpeado y abandonado luego de que tus hijos robaran tu pensión para comprar una piedra.
Te he visto clavado hoy señor
En la mirada de un hombre solo manejando una carretilla de verdura, contando los centavos para no tragarse otra zanahoria.
Te he visto crucificado
En tu cuerpo de infante, con una barriga hinchada crucificado en la indiferencia de la pobreza.
Te veo crucificado, y toco tus clavos, queriendo hundirme en besos y esconderme entre tus llagas.
Con una boca llena de sangre proclamarte con el alma un te amo.
Te siento señor derrotado
Te miro en el temblor de mis manos desde los 7 años
Me arden los latigazos de todo aquel que te ha escupido por medio de mí rostro.
Déjame señor estar a tu cruz amarrado, a tu derecha, a tu costado.
Siendo un ladrón atrevido que te dice que te acuerdes de el al llegar al paraíso.
Déjame ser los brazos del ángel que en Getsemaní te abraza, a como en desde tu cruz me das con brazos abiertos un abrazo eterno, un beso de boca sangrante que me llega hasta la sustancia.
Que sea este sufrimiento, la dicha de un Tomás que duda, que este tormento sean las heridas donde metan los dedos para escarbar y verte los ojos amorosos.
Que feliz culpa
Que dulce tortura
Parecerme a ti cristo compartiendo tu dolor.
Cargaré crucificado con todos tus nombres
Cargaré dios mío con toda tu vergüenza.
Cargaré conmigo todas las astillas, para que sean una reliquia que recuerde una salvación.
Me levántare otras tres veces, porque el mundo me está dejando en el suelo.
Se mí orgullo y mí dicha, mientras me rodean filos, puños y plomo.
Hazme un digno reflejo, para sacarte los tres clavos, y seguir viéndote humillado.
Comunión eterna entre crucificados que confían en ti una resurrección.
Que no apriete los ojos queriéndote no verte dulce Jesús, que no me quite de encima tu peso para no dejarte caer solo y desamparado con todo la carga de la cruz.
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