Un escaparate donde poner adornos de porcelana
Un bodegón para guardar la bicicleta y el afán por tener alas
Una sala de espera de los anhelos, un lente para ver sin mirar al sol
Un local lleno de puertas que llevan a algún sitio
Ginebra, en el día agitado no existe
En el oscuro dormitorio se forma de entre los muebles y el techado
Como una esfera luminosa consuela y atormenta de igual forma, chocando entre las paredes de todos los limbos que nos guarecen.
Ginebra es
Un temblor donde se nos resbalan los platos
Un estruendo nocturno
Una sala de espera para hombre rotos
Tal vez exista como un lugar para que se conozcan monigotes y lugares
Donde las fichas son impares y el contador corra loco
Tal vez sea la sala de velación de un muerto por la promesa que no llega
Ginebra existe
En una anciano entre dormido y despierto, ciego, aferrado a su bastón
Enumera los años puños de maíz para las palomas de lo perpetuo
Prometeo sonriente mientras las aves de el se alimentan
Ginebra es una vaga esperanza
Ginebra existe porque es un acto de fe.