martes, 3 de octubre de 2023

Cubeta 🪣

 ¿Cuántos Jóvenes poetas se ocupan para cambiar un bombillo? 
Ninguno, porque no cambian nada.

Ginebra (sala de espera para hombres rotos)

Un escaparate donde poner adornos de porcelana

Un bodegón para guardar la bicicleta y el afán por tener alas

Una sala de espera de los anhelos, un lente para ver sin mirar al sol 

Un local lleno de puertas que llevan a algún sitio 

Ginebra, en el día agitado no existe

En el oscuro dormitorio se forma de entre los muebles y el techado

Como una esfera luminosa consuela y atormenta de igual forma, chocando entre las paredes de todos los limbos que nos guarecen.

Ginebra es

Un temblor donde se nos resbalan los platos

Un estruendo nocturno

Una sala de espera para hombre rotos

Tal vez exista como un lugar para que se conozcan monigotes y lugares

Donde las fichas son impares y el contador corra loco 

Tal vez sea la sala de velación de un muerto  por la promesa que no llega

Ginebra existe

En una anciano entre dormido y despierto, ciego, aferrado a su bastón 

Enumera los años puños de maíz para las palomas de lo perpetuo   

Prometeo sonriente mientras las aves de el se alimentan

Ginebra es una vaga esperanza

Ginebra existe porque es un acto de fe.