viernes, 8 de enero de 2021

Un centro se deforma y cruje.

 La noche escondía algo

Supuse seria tu necia toxicidad
De siempre querer ser vos

Pero el teléfono guarda quimeras
Y en la bocina gritan de dolor.
Una madre se ha perdido
Su centro se deformo.

Las rosas lloran espinas
El silencio grita un adiós
El hijo se tuerce en irá

El llanto lo deformo

Quién ha robado de las canastas el pan?
Quién hoza con tal ofensa escupir a Dios?
Quién está golpeando el suelo?
Queriendo en su furia y su afán, liberar todos los infiernos para poder defender a su mamá.

Le encuentran las valkirias a punto de muerte
Pero al Valhala no van los cristianos.
La pasan reliquia de mano en mano hasta su centro de nuevo se forme.

Mientras el hijo en el centro aún se rompe.
Sus manos no son lo suficientemente grandes
Para juntarlas y un techo a mamá hacerle.

Sus ojos no son lo suficiente grandes para cuidarle siempre.
En su centro aún cruje el dolor que no pudo evitarle, la ira de un asesinato no cumplido.

Su rostro sigue en una mueca de dolor deformado, su centro roto y herido.

Un tipo se despierta quejándose por qué no está su amada (pero ya hace tiempo)

 La mañana me despierta con pajarillos


Con tenues luces naranja en la ventana Que avisan que empieza otro día Dibujándose un nuevo cielo.
Pero la memoria sigue fresca Como un kilo de cemento, que se endurece y quema. Pasan los 4 carruajes, y yo en una figura, no me percató ni me muevo. Solo se me avalancha a la cara otro ciclo Solo se me aparece un otro año nuevo. La memoria sigue pesada Cómo pesa en un maletero un muerto Como quien quiere huir de una condena Cómo corre un bandido de un perro. Eso eres en mí memoria El límite entre un asilo y un cementerio Un recuerdo que me quema las entrañas Una pequeña sucursal del infierno. Aunque pase y corra el tiempo Algún demonio atiza el fuego Quemando cada una mis alegrías Quemándome hasta tocarme el miedo.

Pensando en Silvio y en mí mismo subiendo una montaña.



<< Yo no sé lo que es el destino caminando fui lo que fui, allá Dios, que será divino, yo me muero como viví>>
                                   Silvio Rodríguez.


Me mareo subiendo la montaña
Al bajar el rostro y mirar al suelo
Pisoteada toda mí vida y su silueta
Pisoteado todo lo que compartí y he vivido.

Viviendo la suerte del poeta

Bajo a resbalones en la pendiente embarrialada
Sosteniéndome de los muslos de Gaia.

Finalmente caigo desbocado al caudal.
Los pájaros se tuercen en carcajadas

De las piedras junto los pedazos que quedan, y miro como corre el agua.
Corre el agua en un río, también eso soy yo y lo vivido.

La furia del agua no amansa, pero mis pies se entierran en la arena.
Mis pantorrillas ya no tiemblan ni mí cabeza se marea.

Creo que este es el momento de avanzar.
De escoger si caminar o navegar.
A pueblos que no existen a puertos que no conozco.
Pero el agua y la montaña solo me demandan esto... avanzar.
Allá Dios con lo que he vivido, solo esto es lo que soy.


Un niño en una montaña. En un río un pequeño dios.

Pandora de cartón y tape.

 Debo buscar en mí armario

Las piezas del tren a escala

Abro las cajas con miedo
De que habrá una y te salgas.

Abro dos o tres y son libros
Otras son libretos de teatro
Unas son facturas canceladas
Otras son solo garabatos.

Abro las que están cerca de mí ropa
Mis brazos no soportan tanto peso
Caen al suelo y sonríe Pandora
Corren libres el dolor y el recuerdo.

Te escondes debajo de mí almohada
Para jalarme los bigotes en los sueños
Para abrirme los ojos a la fuerza
Para sembrarme espinos en la calavera.

Me mienten tus memorias ásperas
Queriendo que siga en ilusión y espera
De algo que se ve pero no llega
De un pan que en la puerta se me quema.

De un repuesto que se consigue solo en el extranjero y evita que el tren corra inquieto.

El dormitorio se llena de agua, inundándose está mí casa.
El sol saldrá a mí ayuda
hasta que pueda echar de nuevo los recuerdos en una caja.

Revolución de la maleza.




Mientras llueve las flores se deshojan y a los sapos no les importa.

Se esconden en una piedra, mientras el agua con las plantas arrasa.
Que otro sapo les haga una cúpula
Que otro sapo les guarde del frío, que yo pienso y hago solo por lo que es mío.

Otros sapos con la lluvia mordisquean el jardín y lo hieren, le dicen que nadie lo cuida ni le quiere.

Hasta que las rosas sacaron púas, y las ramas se arrollaron en bestias de espino.

Los sapos van quedando atravesados, se levanta en revolución la maleza.
Que la flor no nació para ser comida, sino para alumbrar con su belleza.



La amenaza del sapo aún no acaba, y un sapo más grande se avecina. Se oyen los gritos de una alerta que camina Los sapos tiemblan de miedo. Por su dominio tosco que duro años Es hora de pagar por lo destruido Es hora de responder por todo el daño.