La noche escondía algo
Supuse seria tu necia toxicidad
De siempre querer ser vos
Pero el teléfono guarda quimeras
Y en la bocina gritan de dolor.
Una madre se ha perdido
Su centro se deformo.
Las rosas lloran espinas
El silencio grita un adiós
El hijo se tuerce en irá
El llanto lo deformo
Quién ha robado de las canastas el pan?
Quién hoza con tal ofensa escupir a Dios?
Quién está golpeando el suelo?
Queriendo en su furia y su afán, liberar todos los infiernos para poder defender a su mamá.
Le encuentran las valkirias a punto de muerte
Pero al Valhala no van los cristianos.
La pasan reliquia de mano en mano hasta su centro de nuevo se forme.
Mientras el hijo en el centro aún se rompe.
Sus manos no son lo suficientemente grandes
Para juntarlas y un techo a mamá hacerle.
Sus ojos no son lo suficiente grandes para cuidarle siempre.
En su centro aún cruje el dolor que no pudo evitarle, la ira de un asesinato no cumplido.
Su rostro sigue en una mueca de dolor deformado, su centro roto y herido.

