Muertos en vida
Calaveras encarnadas
Naciendo, viniendo de
la nada
Con cada paso de la
aguja arrastrándonos cada vez más a ella.
Muertos en vida.
Psiques destrozadas
Con cada golpe una
quebradura
Perenne en la vida,
ensamblada en el alma misma.
Con cada grano de
arena se nos resbalan los respiros de los dedos.
Se nos escapa la vida
de las manos.
Con cada cana la idea
de la ilusión transitoria.
Desvaríos hijos del
abismo, son ellos los clavos en la caja de madera.
Dolores y el anhelo
perdido.
Nos recuestan
gentilmente al terciopelo.
Muertos en vida
Calaveras encarnadas
Viniendo del vientre de la ausencia
Retornando al útero de
la nada.